noches en vela, llantos con sangre y con ira
con temor y con desconcierto
con cerros perdidos en atardeceres
en el vagón del metro, su guitarra y una musa
(siento que era su klara con ojos de lagunas)
una de mis piedras quiso irse con él a hacer poesía
gracias, por tanta compañía en mis veladas
gracias, por aparecer hoy,
a recordarme que aún
en mí viven las palabras
que aunque quiera echarlas
en mí no tienen horario...
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